El deporte en la antigua Grecia


El deporte ha sido parte fundamental dentro de la cultura griega desde tiempos remotos, no solo como un pasatiempo, se trataba de un modo de vida en el que se destacaba el cuidado de la estética corporal.

Dentro de los conocidos Juegos Olímpicos se originaron deportes como el atletismo, el salto, la carrera de expedición, el pancracio, el lanzamiento de disco y de jabalina.

Según recoge Teresa González Aja en su libro "El Deporte a través del Arte", La actividad física se fundamentó en aspectos lúdicos, deportivos o religiosos que implicaban agilidad, velocidad, movimiento, acrobacia y no tanto fuerza y resistencia para adaptarse al medio, dominarlo o defenderlo. Fue objeto central de esta civilización el desarrollo de una cultura en torno al cuerpo, a su desarrollo y bienestar, y al disfrute del mismo. 

Los valores estéticos y de armonía corporal parecen primar sobre el desarrollo de la fuerza o la resistencia. Todas las representaciones humanas realizadas por los artistas cretenses son figuras de individuos de talle muy fino y de una gran ligereza, en los que parecen haberse desarrollado las cualidades corporales relacionadas con la flexibilidad, la agilidad y el vigor en el movimiento.”



Grecia, cuna del deporte moderno

Es realmente en Grecia donde nace el concepto de deporte moderno como realización de ejercicio físico de forma plenamente reglada. En la cultura helénica surge la preocupación del desarrollo físico integral como medio para buscar el ideal de perfección física y moral. El deporte recogía un amplio espectro de valores, entre ellos: el culto al cuerpo, la preparación psicológica para la competición y la guerra y el respeto a los dioses.

En Grecia el deporte es considerado como algo vital, un deber del ciudadano, esencial en la formación del hombre. Inicialmente el deporte fue el centro de los rituales funerarios:  era  un despliegue de energía y fuerza para honrar a quien las había perdido.  Poco a poco se institucionalizó y se convirtió en una actividad vinculada a las ceremonias religiosas en honor a los dioses olímpicos y al espíritu competitivo del hombre griego. A las competiciones que un principio fueron gimnásticas e hípicas se unirán, más tarde, las poéticas y artísticas.

La sociedad eminentemente masculina de la época hacía mucho más difícil el acceso de la mujer a la educación física. Todo indica que existía una excepción: Esparta. Las mujeres de la ciudad de Esparta gozaban de una libertad que les permitía realizar una serie de actividades impensables en el resto de Grecia, por ejemplo, practicar deporte. Las mujeres espartanas, desde muy jóvenes ejercitaban sus cuerpos en correr, luchar, lanzar el disco y tirar con arco. Se buscaba que de unas mujeres fuertes y robustas nacieran hijos fuertes y vigorosos y además que pudieran aguantar mejor los partos.

Probablemente en ningún otro periodo histórico ha ocupado el deporte un lugar tan importante en el arte como en la Grecia antigua. A través de la escultura, la pintura y la cerámica se pueden documentar todas las modalidades de la actividad deportiva. Y por otro lado, se construyeron edificios cuyo uso era exclusivamente deportivo.