La medalla del México independiente durante el siglo XIX

Medalla del Ejército Trigarante


El grabador José María Guerrero, nacido en la ciudad de México, fue el primero en realizar medallas conmemorando la Independencia de México. Antes de ello, había realizado numerosas medallas de proclamación de Fernando VII, incluyendo una encargada por la Real y Pontifica Universidad de México. Una vez consumada la Independencia, continuó realizando piezas por encargo oficial.

La primera de ellas, acuñada en plata y en cobre, es la llamada medalla del Ejército Trigarante que tiene en el anverso dos mundos (el viejo y el nuevo), cada uno con una cadena desatada. En la parte superior se ven tres círculos entrelazados con la inscripción en latín: “Independencia, religión, unión”. En el perímetro se lee también en latín: “Con la triple garantía desató a un orbe del otro”. En el reverso se ve solamente una corona de laurel acompañada de la leyenda en latín “Primera época” en la parte superior y, en la inferior, la firma del grabador. Existe otra versión de la misma pieza en la que todas las leyendas aparecen en español.


Medalla de Proclamación de Independencia


En octubre de 1821, Guerrero grabó una medalla de proclamación de la Independencia de México. En el anverso aparece solamente la leyenda: “Méjico en la solemne proclamación de la independencia del imperio. A 27 de octubre de 1821”. En el reverso aparece por primera vez el águila coronada, vista de perfil y parada sobre un nopal. Éste se sitúa encima de una roca en la que se lee el nombre del grabador.


Guerrero realizó tres medallas de proclamación de Agustín de Iturbide como emperador de México. La más interesante de todas, y una de las más bellas del siglo XIX mexicano, tiene en el anverso una mujer india coronada que, representando a la patria mexicana, entrega a Iturbide una corona y una espada. En la parte superior aparecen un cáliz, una cruz, un racimo de uvas y una espiga de trigo, elementos que representan la religión católica. El conjunto aparece rodeado por un resplandor. La leyenda dice en latín: “Por la religión y la patria”. El significado de esta escena es que tanto la religión como la patria entregan el poder al emperador. En el reverso se muestra un águila con la serpiente en el pico, sosteniendo con las garras una bandera en la que se lee en latín: “Agustín de Iturbide. Vencedor valeroso forjador de la libertad de su patria. Año 1 del imperio mexicano”. Esta pieza fue idea del propio Guerrero, lo cual llama la atención debido a que la mayor parte de las medallas de la época se hacían por encargo.


En 1823, el ya mencionado Francisco Gordillo también grabó una medalla conmemorativa de la coronación de Iturbide como emperador. En el anverso aparecen las efigies de Iturbide y Ana María, su esposa y emperatriz de México por un breve lapso, ambas coronadas (él de laurel y ella con una tiara). La inscripción dice: “Agustín y Ana en su feliz exaltación al trono imperial de México. Año 1823”. En el reverso se ve en la parte superior un ojo resplandeciente que representa a la Divina Providencia, y bajo él aparecen un cetro, una corona y una espada sobre una almohada. En la parte inferior se lee la inscripción: “Al libertador de la patria. Al fundador del Imperio. Al invicto Agustín I en monumento de lealtad el Consejo de Estado”. Se menciona al Consejo de Estado pues fue este órgano de gobierno el que encargó a Gordillo realizar la pieza.


Finalmente, José María Guerrero grabó en 1824 una medalla con la efigie de Guadalupe Victoria, primer presidente de México, conocida como “Peso de Victoria”. Originalmente, la pieza sería una moneda de ocho reales en cuyo reverso aparecería el busto del presidente. Sin embargo, a éste le pareció incompatible con el orden republicano que el presidente apareciera en una moneda, gesto más bien propio de una monarquía, por lo que rechazó el diseño. Entonces Guerrero decidió, para no desperdiciar los troqueles, acuñar con ellos una medalla conmemorativa en oro, plata y cobre. En el anverso aparece el busto de Guadalupe Victoria, visto de perfil derecho y vestido de uniforme. La leyenda es: “El excelentísimo don Guadalupe Victoria presidente 1º de la”, y continúa en el reverso: “República Mexicana”. Aparece también en el reverso por primera vez la imagen que más tarde se convertiría en el escudo nacional: el águila vista de perfil izquierdo parada sobre un nopal devorando una serpiente, con unas ramas de laurel y encina debajo.


En 1843 el grabador Luciano Rovira, alumno de Gordillo, diseñó una medalla muy interesante para conmemorar la constitución centralista de 1843 que estuvo vigente por tres años. En el anverso de la pieza se muestra la efigie de una mujer que representa a la Libertad. Está sentada y aparece con un cetro en la mano izquierda y, bajo el brazo derecho, unas tablas grabadas en las que se lee la palabra “Ley”. Detrás del conjunto se ve un hacha, que representa el castigo para quienes intentan pasar por encima del orden. En el reverso se lee la leyenda: “Jura de la Constitución mexicana en 1843”, enmarcada por hojas de laurel.


Una vez muertos los últimos herederos artísticos del grabador Gerónimo Antonio Gil (Gordillo murió en 1830 y Guerrero algunos años después), el arte de la medalla decayó en México. Fue hasta la época del Segundo Imperio (1864-1867) cuando renació gracias a los diseños de Antonio Spíritu, Sebastián Navalón y Cayetano Ocampo. Los tres estudiaron en la Academia de San Carlos con el afamado grabador inglés John James Baggally, quien había sido contratado en 1846 y fue uno de los responsables de dar nuevo vigor al arte de la medalla en México. Los tres fueron, además, los encargados de diseñar las monedas Imperiales.


Ocampo grabó una muy bien lograda pieza en plata para conmemorar la restauración de la Orden de Guadalupe (creada por Iturbide) durante el gobierno de Maximiliano de Habsburgo, así como para proclamar la coronación de éste. En el anverso aparece la efigie del emperador de perfil izquierdo rodeada de la leyenda: “Maximiliano Emperador 1865”. En el reverso se muestra la figura canónica de la virgen de Guadalupe. La leyenda del perímetro dice en latín: “No hizo nada semejante por ninguna otra nación”. Existe otra versión de esta medalla en la que en el anverso aparecen tanto la efigie de Maximiliano como la de su esposa Carlota.


Ocampo y Navalón crearon otra bella medalla durante el Segundo Imperio que combina elementos imperiales y prehispánicos. En el anverso aparecen los bustos de Maximiliano y Carlota acompañados de la leyenda: “Maximiliano y Carlota Emperadores”. En el reverso se muestra una reproducción de la Piedra del Sol junto a la leyenda: “Imperio Mexicano”.


Una vez restaurada la República en 1867, las medallas de proclamación y de juramento de lealtad desaparecieron. En su lugar, y en particular durante el Porfiriato, surgieron medallas que conmemoraban el progreso material del país. Un ejemplo de ello es la medalla en plata, de autor desconocido, acuñada en 1892 en conmemoración de la primera barra de plata refinada en la Hidalgo Smelting Company, empresa minera asentada en Sultepec, Estado de México. En el anverso de la misma aparece la leyenda en inglés: “Recuerdo de la Hidalgo Smelting Company. Hecho de la primera barra de plata. Sultepec, México. 1892”. En el reverso aparece una imagen de los talleres de fundición vistos por afuera, acompañada de diversas fechas de importancia para la compañía.


Una curiosa y muy interesante medalla del periodo porfirista, por ir en contra del espíritu de la época, fue la grabada por Cayetano Ocampo para conmemorar el centenario del nacimiento de Agustín de Iturbide en 1883. En ese momento, Iturbide (quien fue fusilado por traición a la patria en 1824) era repudiado y, con la memoria del Imperio de Maximiliano aún muy fresca, resultaba peligroso recordar al primer emperador mexicano. Con todo, Ocampo grabó la medalla referida con el siguiente diseño: en el anverso, la efigie de perfil izquierdo de Iturbide con la inscripción “Agustín de Iturbide” encima y la firma del grabador debajo. En la parte inferior se lee: “27 de septiembre de 1883”. Al centro del reverso se observa la leyenda: “Nació en 27 de septiembre de 1783. Consumó la Independencia de México en 27 de septiembre de 1821”.


Fuente: Banco de México